Estambul, una vez llamada Constantinopla, fue la segunda capital del Imperio Romano. Luego se convirtió en el símbolo del Imperio Otomano. Sin embargo, como lo consideramos, Estambul siempre ha estado en el centro de una gran civilización, caracterizada por el lujo y la opulencia. Hoy en día, para mantener la tradición de lujo, todo debe ser caro y sofisticado.
Un ejemplo de un lugar opulento de Estambul es el bar, restaurante y club Anjelique. El local es un proyecto Autoban y ha ganado un premio por su increíble diseño sofisticado. El restaurante obtuvo su nueva cara después de una renovación que lo hizo lucir espectacular. El edificio tiene dos niveles y está dedicado a clientes con estilo. Tanto la fachada como los interiores hacen que las personas que entran en el edificio se sientan como aristócratas. Las habitaciones están pintadas en tonos marrones cálidos que recuerdan el color de la tierra. El área cromática y la eliminación de muebles crean algunos tonos y una luz difusa que ofrece al cliente la comodidad y la sensación de privacidad.
Todo está diseñado para mantener una etiqueta elegante, comenzando con los colores y continuando con las formas de las sillas y mesas y su posición. Todos los muebles siguen una línea curva, para crear elegancia y gracia. Gracias al mobiliario biomórfico y los colores terrosos, el interior del club limita con el exterior, donde se pueden ver algunos pozos de fuego abierto. Creo que este club se llama bien inspirado porque en Anjelique caerás en el paraíso, un paraíso de lujo que es.
